EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA

   Hoy os traigo una receta básica. Pan integral 100%, hecho con harina de trigo y espelta. Además he incluido las fotos del proceso porque sé que hacer pan no siempre tiene el mismo resultado, pero eso sí  nunca malo. En mi caso utilizo una panificadora que compré en lidl y que he amortizado con creces.

INGREDIENTES:

* 260 gr. agua.

* 50 gr. aceite de oliva virgen extra.

* 250 gr. harina de trigo integral ecológica.

* 250 gr. harina de espelta integral ecológica.

* 2 cucharaditas de sal.

* 1 cucharadita de miel ecológica.

* 1 sobre de levadura seca de panadería.

Actualización: Aunque esta receta es combinando harinas de trigo y espelta, me gustaría decir que desde hace algún tiempo la hago utilizando tan sólo harina de espelta (por aquello de evitar en la medida de lo posible el trigo) con un resultado igual de fantástico.

ELABORACIÓN:

   -Echar en la cubeta el agua tibia, el aceite y la harina. (Para las panificadoras es fundamental mantener el orden, es decir, primero los líquidos y después los sólidos para evitar que se queden partes pegadas en el fondo sin amasar).

  

De izquierda a derecha: miel, levadura y sal.

   - En la superficie de la harina hacemos tres pequeños hoyitos. En uno echamos la sal, en el del otro extremo la miel y en el central la levadura.

   - Metemos la cubeta dentro de la máquina y, en este caso, yo he puesto el programa de pan integral rápido. Digo ésto porque dependiendo del programa el resultado final varía. Es cuestión de probar distintas opciones y ver la que mejor nos sale.

Imagen tomada antes de que empiece el último levado que hace la máquina.

   - Como truquillo, antes de que la panificadora empiece el último levado, saco las aspas que hacen el trabajo de amasado, echo una pizca de harina sobre la masa para que no se me pegue, y haciendo presión con las manos hacia el fondo la reparto uniformemente. (Imagen de arriba). Y a dejar que se termine de hacer el pan. En cuanto a la miel, ayuda a la masa en el levado y no le da sabor al pan, además de que es infinitamente mejor que el azúcar refinada.

       Y éste es el resultado final... ¡hmmm, qué bien huele..!