martes, 23 de octubre de 2012

ESFUERZO, TESON Y CONSTANCIA

   En esta nueva etapa y con una confianza plena en las decisiones tomadas hasta entonces, en lo que a la salud se refiere, me centré totalmente en las recomendaciones tanto de la homeópata como del kinesiólogo. Ellos me habían demostrado en poco tiempo que mejorar e incluso curarme era posible, así que puse mis cinco sentidos para lograr tal fin.
   Con el kinesiólogo lo que primero fue dieta de la zona pasó a ser dieta en caso de cándida. Esta vez la dieta era mucho más severa y dura, una dieta que, a grandes rasgos, se basa en tomar alimentos lo menos procesados posible, sin azúcar, sin alcohol, sin cerdo, sin vinagre, sin lacteos animales de ningún tipo, con cereales integrales, sin refinados, sin levaduras, y un largo etc, que complica un poco la elección de la alimentación y que, aunque cuesta bastante, siempre he tenido la mente muy clara enfocada a curarme. Tengo que decir que las dietas no iban dirigidas a perder peso (cosa que tampoco me ha venido mal, la verdad) sino a equilibrar mi organismo y conseguir que funcione correctamente. Debido a las limitaciones con la comida, empecé a leer por aquí y por allá para abrirme el abanico de posibilidades. Me hacía mi propio pan, o mi propia repostería por ejemplo, siempre teniendo en cuenta las pautas que debía seguir. En la medida de lo posible intenté, y sigo intentando, no renunciar a nada. Cuando encuentro algo que me llama la atención lo "tuneo" para que sea apto en mi alimentación. Y todo ésto me ha llevado a ir descubriendo recetas que resultan muy agradables al paladar y nada perjudiciales para mi salud, en casa nos encantan a todos... Las recetas de las que hablo las iré poniendo en este blog, en otra pestaña, para ayudar a cualquiera que se encuentre en mi misma situación o simplemente porque quiera cuidar lo que come.

   A día de hoy, y después de casi dos años controlando la alimentación como ya he explicado, y con gran alegría, debo decir que el médico digestivo (5º médico especialista que me ve) me ha dado el alta y me ha derivado de nuevo a mi doctora de cabecera para que de vez en cuando me haga alguna analítica y ver como siguen las cosas, pero que me olvide de la hepatitis autoinmune y por supuesto que siga cuidándome... No tengo palabras que describan de una manera fiel nuestra alegría y nuestro abrazo al salir de la consulta. No podíamos estar más felices.
   Ha sido un largo camino hasta aquí y que no ha acabado, pero desde este blog tengo que dar las gracias a todos los que me han ayudado tanto a nivel profesional como a nivel personal y familiar, y sin duda y de manera muy muy especial a ti Manolo, mi marido, mi amigo, mi compañero, mi todo... Sin ti nada de ésto hubiera sido posible. Siempre ahí, siempre animándome y acompañándome en todo momento, queriéndome, cuidándome, mimándome para que siempre estuviera bien y no me faltara de nada. Gracias por ser como eres. ¡Te quiero!

   En noviembre vuelvo a ver al kinesiólogo, a ver que pasa...

  

2 comentarios:

  1. Yo, que he llegado a soñar (literalmente) con un baño en el depósito de crema de la fábrica de Bollilandia, quitaba el barco de la entrada de Chiclana y pondría un monumento en tu honor. Enhorabuena!!!

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